Un estruendo suspendió la calma de los vecinos del barrio Belén Rosales en Medellín. “Sentí cuando bajó el avión en picada y el sonido del motor. Estalló todo y empezó a gritar la gente y todo estaba anaranjado. Se cayeron las ventanas, hubo escombros y todo estaba caliente. Me asomé y vi que había fuego, agarré las cosas de valor y salí”, relata Samuel Cuervo, vecino del lugar donde cayó el avión.